Hecho con la “a”.
Al
ver al adolescente acróbata en las alturas, acogido por las argollas,
yo aplaudí asombrado,
entonces
el aglomerado aluvión de personas arrojó
sus aplausos
con ansias de aclamar al anónimo.
Ya
estaba anocheciendo, pero la actuación estaba en el auge
y la animada actitud de la gente abocada a
la aclamación,
provocó
la actividad asemejada a los aires de un
festejo,
haciendo alegrías al son del alcohol.
Un fallo atroz y abajo apareció,
ni
amigos ni la aglomeración apoyó al anfitrión,
las
anguilas se alejaron dejando acercarse una ambulancia,
solo
el apuesto médico que le auscultó, le ayudó.
Pablo
Martínez Bermejo 3A ESO