El alumno, con el corazón desbocado, escribía frenéticamente
en su examen de Lengua, eran sus últimos instantes antes de que recogieran los
exámenes. Al mismo tiempo, la profesora alegaba, como este siempre se quedaba el último realizando
el examen, desencadenando una mayor velocidad, en el galope de su bolígrafo.
Entonces llegó lo inevitable, y el corazón del joven, debido
a su ímprobo trabajo, estalló, causando la muerte de su dueño.
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